Patricia Hidalgo, ex seremi de Desarrollo Social de la Región Metropolitana
"Me obligaron a aprobar el proyecto de Aguas San Isidro en Quilicura"
La exfuncionaria del Gobierno se refirió a la controvertida votación del proyecto en Quilicura, que le terminó costando la salida del cargo tras denunciar presiones para aprobarlo. Además, habló sobre la actualidad de la comuna, a la que calificó como “una zona de sacrificio”.

Presiones políticas, riesgos ambientales y una renuncia forzada marcaron la salida de Patricia Hidalgo del cargo de seremi de Desarrollo Social de la Región Metropolitana. La ex autoridad denuncia que fue obligada a aprobar el proyecto de la Planta de Aguas San Isidro en Quilicura y acusa a altas autoridades del gobierno de intervenciones indebidas en decisiones medioambientales.
La ex funcionaria, quien fue concejala por Ñuñoa entre 2016 y 2021, asumió en abril del 2022 como Seremi de Desarrollo Social de la Región Metropolitana, el mayor desafío en su carrera política. Ella revela que allí se encontró con situaciones que rozaban la ilegalidad y que le significaron quedar al margen del puesto.
“Cuando llega a mi escritorio la solicitud para aprobar este proyecto, pedí los antecedentes a la unidad técnica. Ese mismo día me empezaron a llegar muchos correos electrónicos de vecinos y vecinas, algo que nunca me había pasado con ningún otro proyecto. Me pareció que no era adecuado aprobar el proyecto”, detalla.
A raíz de esto, el 12 de diciembre de 2023, se constituyó la Comisión Especial Investigadora de la Cámara de Diputadas y Diputados encargada de fiscalizar los actos del Gobierno relacionados con los problemas ambientales que generó la empresa de servicios sanitarios Aguas San Isidro en el país. El informe de la comisión, indicó que la planta colocaba en serio riesgo el Humedal Urbano de Quilicura.

– ¿Cómo respondió usted ante esta instrucción?
– Le dije a mi jefa, que era la subsecretaria Francisca Perales, que cómo era posible que la ministra del Interior (refiriéndose a Carolina Tohá) le estuviera dando instrucciones a ella. ¡De qué está hablando! ¿Qué tiene que ver ella? Allí fue cuando me dijo imperativamente: “Patricia, tienes que asistir”.
– ¿Al momento de ocurrir esto usted no sospechaba que pudiese haber algún tipo de corrupción?
– Con mi abogado vimos que esto tomaba otros ribetes y presentamos una querella por prevaricación, cohecho y soborno. Entiendo que la exministra del Interior ha sido citada a declarar, así como también la subsecretaría y la delegada presidencial, para que expliquen por qué tanto interés en que yo fuera a la reunión.
– Desde su experiencia, ¿es común que existan presiones de este tipo en proyectos de desarrollo con potencial impacto ambiental?
– Sí, es más usual de lo que la gente piensa y por eso habría que evaluar profundamente la ley medioambiental. Hay situaciones en donde no se sabe por qué las autoridades políticas tienen que tomar decisiones que son muy técnicas.
– ¿Qué ocurrió con la votación del proyecto?
– El 23 de noviembre del 2022 recibí presiones por Whatsapp de mis jefaturas y tuve que votar a favor. Luego, el 30 de noviembre del mismo año, desde el Ministerio de Desarrollo Social me pidieron la renuncia. Me dieron como argumento situaciones que no tenían ningún tipo de contexto. Sabía que era por estos temas medioambientales, porque también me opuse a varios proyectos como la Autopista Vespucio Oriente y el Mall Vivo. Pero el día de la votación, literalmente, me obligaron a aprobar el proyecto de Aguas San Isidro en Quilicura.
– ¿Cómo ve a Quilicura actualmente? ¿Cree que es una zona de sacrificio no declarada?
– Quilicura es una zona de sacrificio que ha sido postergada. Hay autoridades que han levantado la voz, pero siento que al final del día nadie se la ha jugado al ciento por ciento para que esto no siga ocurriendo. Es una comuna que tiene muy pocas áreas verdes por habitante y el humedal se convierte en algo sumamente relevante para quienes viven allí
El caso de Patricia Hidalgo no sólo cuestiona la transparencia en la toma de decisiones ambientales, sino que también pone en evidencia cómo Quilicura se ha transformado, según sus palabras, en una zona de sacrificio, donde los intereses políticos parecen imponerse por sobre el bienestar de la naturaleza.