Paolo Alzerreca, experto de la Dirección de Gestión Ambiental de Quilicura

La lucha de Quilicura contra la contaminación y la falta de áreas verdes

El ingeniero ambiental explicó los graves problemas medioambientales que enfrenta Quilicura, pero plantea los nuevos proyectos para recuperar espacios de vegetación en un plazo de 15 años.

Imagen: Paolo Alzerreca, experto de la Dirección de Gestión Ambiental de Quilicura / Fuente: Elaboración propia

Quilicura enfrenta una de las situaciones medioambientales más complejas de la Región Metropolitana, que va desde altos niveles de contaminación atmosférica hasta el impacto de las industrias en el sector. Paolo Alzerreca, ingeniero de la Dirección de Gestión Ambiental de la comuna. explica que el problema va mucho más allá que la disminución de las áreas verdes.

Desde 2020, la Municipalidad de Quilicura ha impulsado ordenanzas y proyectos, como el Parque del Mañío, para aumentar las áreas verdes y así enfrentar este gran problema, junto con instituciones estatales y fundaciones medioambientales. Pese a ello, la situación ha seguido siendo compleja.

En términos de calidad del aire, Quilicura es uno de los sectores más perjudicados dentro de la capital. La comuna registra niveles de PM2,5 de 44 μg/m³, una cifra que supera los estándares recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece un rango de 2,0 a 4,9 PM2,5 (μg/m³) para una calidad de aire saludable. Este elevado índice se debe a la expansión industrial que, además, está impactando directamente en la biodiversidad del sector, según el experto. 

“La situación es compleja, ya que muchas de las políticas se definen a nivel estatal o ministerial, mientras que las municipalidades cuentan con presupuestos limitados y deben priorizar áreas como seguridad y servicios sociales, relegando las problemáticas ambientales a un segundo plano”, agrega.

¿Qué zonas específicas de Quilicura considera más vulnerables desde el punto de vista ambiental?

– En Quilicura existen diversas zonas de alto valor ambiental, como el Cerro Renca, el Cordón Montañoso, Cerro San Ignacio y los humedales urbanos. Estos espacios son especialmente sensibles debido a su importancia ecológica y socio-ambiental para la comunidad. A esto se suma el impacto creciente del cambio climático, que afecta de manera significativa a la zona norte de Santiago.

– ¿Qué medidas ha tomado la Municipalidad de Quilicura para mitigar los impactos ambientales?

-Afortunadamente, la gestión de nuestra alcaldía ciudadana ha conformado equipos sólidos para enfrentar estas problemáticas. Un ejemplo de ello es la creación de la Dirección de Gestión Ambiental, que ha significado un importante avance en fiscalización, monitoreo permanente de variables ambientales y realización de estudios en la comuna.

– ¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta la municipalidad al implementar políticas medioambientales?

– A pesar de estos problemas, la actual administración ha mostrado un fuerte compromiso con el medio ambiente. Se está elaborando un Plan de Acción de Cambio Climático, que no solo permitirá realizar un diagnóstico preciso de la situación ambiental de la comuna, sino también ayudará a implementar medidas concretas a mediano y largo plazo para enfrentar estos desafíos y mejorar la calidad de vida de los vecinos.

-¿Existe algún plan concreto para proteger los humedales y otras áreas verdes de la comuna?

– Desde la declaratoria de humedales en 2020 se han impulsado diversas gestiones. Destaca la ordenanza de biodiversidad que, si bien no tipifica ciertos actos como delitos, sanciona conductas que dañen estos espacios, como arrojar basura o contaminar. Esta medida fue un avance clave para la comuna, pues permite fiscalizar con mayor rigor a empresas y personas en entornos frágiles que entregan servicios ecosistémicos fundamentales.

– ¿Cómo se coordina la Dirección de Gestión Ambiental con otras instituciones, como gobierno y ONGs, para enfrentar los desafíos medioambientales?

Desde nuestra dirección hemos tenido la oportunidad de colaborar con diversas organizaciones ambientales del territorio, así como con fundaciones y entidades de otras regiones, como la Fundación Kennedy. Además, trabajamos en estrecha coordinación con el Ministerio del Medio Ambiente, la Seremi y la Superintendencia del Medio Ambiente, para implementar planes de fiscalización. Creemos que esta vinculación fortalece el camino hacia la sostenibilidad y la protección ambiental.

– ¿Cómo se regula actualmente el impacto de los vertederos y plantas industriales en la comuna?

– Es fundamental recordar que todos los grandes proyectos deben cumplir con la normativa ambiental vigente, establecida a nivel nacional. Como municipio, fiscalizamos cuando detectamos incumplimientos dentro de nuestro territorio, en coordinación con los organismos estatales correspondientes. El problema es complejo, ya que persisten situaciones heredadas de administraciones anteriores que no actuaron con la debida diligencia.

Quilicura es de las comunas de la Región Metropolitana que tiene menos áreas verdes. ¿Cuál es la conclusión que sacan de esto y qué medidas se están tomando para revertir esta situación?

Quilicura es históricamente una comuna agrícola, pero la expansión inmobiliaria ha reducido sus áreas verdes. La actual administración busca revertir esta situación y aumentar estos espacios, lo que requiere tiempo, planificación y recursos. Un ejemplo concreto es el Parque del Mañío, que apunta a mejorar la cobertura vegetal. La meta es que, en 15 años, Quilicura esté entre las comunas con más áreas verdes de la región.

Pese a las limitaciones presupuestarias, Quilicura apuesta por revertir su condición ambiental. Desde el municipio el compromiso es claro: recuperar los espacios verdes, proteger los humedales y enfrentar el impacto de la industria. Un proceso a largo plazo para así garantizar calidad de vida a sus habitantes y preservar su ecosistema.